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Las amas de casa, un colectivo que ha dedicado gran parte de su vida a las tareas domésticas sin remuneración, se ven afectadas económicamente al no poder cotizar para acceder a prestaciones o pensiones. Sin embargo, tanto el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) como la Seguridad Social han implementado ayudas específicas para paliar esta situación.
¿En qué se diferencia ser empleada del hogar de ser ama de casa en términos de prestaciones?
Es crucial comprender la distinción entre ser empleada del hogar, que cotiza y tiene derecho a prestaciones por desempleo, y ser ama de casa, sin derecho a prestaciones contributivas.
¿Cuáles son las condiciones para acceder a las ayudas del SEPE y la Seguridad Social?
Para acceder a las ayudas del SEPE, es necesario haber cotizado un mínimo de 360 días por desempleo. En caso de cumplir con este requisito, se puede optar a la prestación contributiva, más conocida como “paro”, equivalente al 70% de la base reguladora durante los primeros 180 días y al 60% a partir del día 181.
Después de agotar la prestación por desempleo, se pueden solicitar subsidios como el destinado a mayores de 45 años y la ayuda familiar, ambos con una cuantía del 80% del IPREM vigente. Además, existe la posibilidad de acceder al subsidio para mayores de 52 años, bajo ciertos requisitos.
En situaciones donde no se cumple con los requisitos para el paro, pero se ha cotizado al menos 90 días, se puede acceder al subsidio por insuficiencia de cotización, con una cuantía de 480 euros al mes y duración variable según las cotizaciones y responsabilidades familiares.
¿Cómo solicitar el Ingreso Mínimo Vital y las pensiones no contributivas de la Seguridad Social?
El Ingreso Mínimo Vital, proporcionado por la Seguridad Social, es una prestación dirigida a prevenir la pobreza y exclusión social. Su cuantía varía entre 565,37 euros y 1.243,83 euros al mes, dependiendo de la composición de la unidad de convivencia.
La Seguridad Social también ofrece pensiones no contributivas de jubilación e invalidez para aquellos que no han cotizado lo suficiente para una pensión contributiva. Se puede acceder a estas pensiones sin haber cotizado, siempre y cuando se cumplan requisitos como no tener ingresos superiores a 6.784,54 euros anuales.
La cuantía de estas pensiones varía entre los 6.784,54 € y los 1.696,14 euros anuales, y la solicitud se puede presentar en oficinas de Servicios Sociales, Imserso o Seguridad Social.
En resumen, tanto el SEPE como la Seguridad Social ofrecen opciones para mitigar las dificultades económicas de las amas de casa. Es esencial comprender las diferencias entre las ayudas del SEPE y las pensiones no contributivas de la Seguridad Social para tomar decisiones informadas y acceder a los recursos disponibles.