En el complejo entramado de las pensiones de viudedad, la posibilidad de volver a contraer matrimonio sin perder dicha prestación es una interrogante común.
La seguridad financiera de quien ha perdido a su cónyuge o pareja de hecho se ve protegida por esta pensión, pero ¿qué sucede si se decide dar un nuevo paso en el amor?
A continuación, desentrañamos los requisitos y condiciones necesarios para seguir cobrando la pensión de viudedad tras un segundo matrimonio.
Incompatibilidad de la pensión de viudedad tras un nuevo matrimonio
La pensión de viudedad no es necesariamente incompatible con un nuevo enlace. Sin embargo, para preservar este beneficio económico, se deben cumplir ciertos criterios.
Requisitos para mantener la pensión de viudedad después del matrimonio
A continuación, presentamos los requisitos clave:
1. Edad y estado de salud
- Ser mayor de 61 años, o ser menor y contar con una pensión de incapacidad permanente absoluta o de gran invalidez. Alternativamente, se puede acreditar una discapacidad en grado superior al 65%.
2. Dependencia económica de la pensión de viudedad
- La pensión de viudedad debe constituir la principal o única fuente de ingresos del beneficiario. Esto implica que el importe de la prestación debe representar, como mínimo, el 75% del total de los ingresos del pensionista, medidos anualmente.
3. Límites de ingresos anuales
- En caso de formar un nuevo matrimonio o pareja de hecho, los ingresos anuales totales (incluida la pensión de viudedad) no deben superar dos veces el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) vigente.
Actualmente, el SMI está fijado en 15.120 euros brutos anuales, con un próximo aumento del 5% hasta los 15.876 euros.
Consideraciones Importantes
Es crucial tener en cuenta que si la nueva pareja del cónyuge superviviente fallece, la pensión generada será incompatible con la anterior que venía percibiendo. En este escenario, será necesario elegir una de ellas.
Mantener la seguridad financiera tras la pérdida de un ser querido es esencial, y comprender los requisitos para conservar la pensión de viudedad después de un nuevo matrimonio proporciona claridad y certeza en momentos emocionalmente desafiantes.