La normativa de la Seguridad Social en España establece una incompatibilidad general entre la pensión de jubilación y la pensión de incapacidad permanente.
Esta regla se aplica a beneficiarios que alcanzan la edad legal de jubilación, obligándolos a elegir entre una u otra prestación si ambas pertenecen al mismo régimen.
Sin embargo, existen excepciones específicas en las que es posible cobrar ambas pensiones.
La decisión sobre cuál prestación elegir depende de la cuantía de cada una, que está determinada por el tipo de incapacidad laboral reconocida y las bases de cotización establecidas por la Seguridad Social.
La pensión de incapacidad permanente se concede cuando un trabajador presenta reducciones anatómicas o funcionales graves que disminuyen o anulan su capacidad laboral.
¿Cuándo es posible cobrar ambas pensiones?
La Seguridad Social contempla ciertos casos en los que es posible cobrar tanto la pensión de incapacidad permanente como la de jubilación.
Uno de estos casos se aplica a trabajadores autónomos que, tras recibir la incapacidad permanente, han trabajado como asalariados durante al menos 15 años.
En esta situación, el empleo asalariado no entra en conflicto con la causa de la incapacidad, permitiendo al beneficiario acceder a ambas pensiones.
Otra excepción importante es la incapacidad total cualificada. Los beneficiarios de una incapacidad permanente total pueden solicitar un aumento del 20% en su prestación si cumplen ciertos requisitos, como tener 55 años o más y dificultades para encontrar empleo en otra actividad.
Este complemento del 20% es compatible con la pensión de jubilación si las prestaciones provienen de diferentes estados miembros de la Unión Europea.
¿Qué es la incapacidad permanente?
La pensión de incapacidad permanente se otorga a trabajadores que, tras recibir tratamiento médico, presentan reducciones graves que afectan su capacidad laboral.
Esta pensión se calcula en función de las bases de cotización y puede variar según el grado de incapacidad: parcial, total, absoluta o gran invalidez. La cuantía percibida dependerá de estas bases y del tipo de incapacidad reconocido.
¿Qué beneficios tiene la incapacidad total cualificada?
La incapacidad total cualificada permite a los beneficiarios de una incapacidad permanente total aumentar su prestación en un 20%.
Para ello, deben cumplir con requisitos específicos como tener 55 años o más y estar desempleados sin posibilidad de encontrar trabajo en una actividad diferente.
Esta cualificación es especialmente relevante para aquellos que no pueden reinsertarse en el mercado laboral debido a su formación o circunstancias sociales y laborales.
¿Cómo afecta el régimen de cotización?
El régimen de cotización es fundamental para determinar la compatibilidad de las pensiones. En el caso de trabajadores autónomos que pasan a ser asalariados, la cotización en ambos regímenes permite acceder a ambas pensiones al cumplir con los requisitos establecidos.
Este escenario ejemplifica cómo el régimen de cotización influye directamente en la posibilidad de recibir ambas prestaciones.
Importancia de estar informado
Entender las normas y excepciones que rigen la compatibilidad de la pensión de jubilación y la de incapacidad permanente es crucial para los trabajadores afectados.
Aunque la norma general establece su incompatibilidad, existen excepciones que permiten cobrar ambas prestaciones, dependiendo de factores como el régimen de cotización y el grado de incapacidad.
Consultar con la Seguridad Social y evaluar cada caso particular es esencial para tomar decisiones informadas y beneficiosas.