Subida de pensiones 2025 en España: previsiones de Funcas y ajustes por inflación
En 2025, las pensiones en España podrían experimentar una subida del 3,2% si se cumplen las previsiones de Funcas, que apuntan a que la pensión media se situaría en 1.252,3 euros mensuales. Sin embargo, la cifra definitiva del aumento se conocerá una vez se confirme la tasa de variación interanual del IPC de noviembre, lo que condiciona la revalorización general. Esta situación genera expectativas entre los pensionistas, especialmente ante la posibilidad de una subida adicional para aquellos que reciben pensiones mínimas.
La Seguridad Social ha anunciado que la revalorización será doble: un ajuste general basado en la inflación y un incremento especial para las pensiones mínimas. Este enfoque busca proteger el poder adquisitivo de los pensionistas frente al encarecimiento de la vida, especialmente de aquellos con ingresos más bajos. La medida es particularmente relevante dado que la subida de 2024 fue del 3,8%, un porcentaje superior al que se proyecta para el próximo año.
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, actualmente dirigido por Elma Saiz, es el encargado de concretar estos ajustes. Según los últimos datos aportados por este organismo, la pensión media del sistema se sitúa en 1.258 euros mensuales, lo que representa un incremento del 5,2% respecto al año anterior. Esta media engloba diversas modalidades de pensión, como jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y aquellas en favor de familiares.
¿Cómo se determinará la subida de las pensiones en 2025?
La revalorización de las pensiones contributivas en España se rige por el artículo 58 del Real Decreto Legislativo 8/2015, de la Ley General de la Seguridad Social. Este proceso implica ajustar las pensiones conforme a la variación del Índice de Precios al Consumo (IPC), un indicador clave que refleja el encarecimiento de bienes y servicios.
Desde la reforma impulsada por el exministro Escrivá, la actualización de las pensiones se basa en la inflación interanual entre diciembre del año anterior y noviembre del presente año. Esto significa que, aunque ya hay estimaciones preliminares, la cifra exacta de la subida para 2025 no se conocerá hasta que se confirme la evolución del IPC de noviembre. Este enfoque busca mantener el poder adquisitivo de los pensionistas, evitando que la inflación erosione su capacidad de compra.
¿Qué implica la subida adicional de las pensiones mínimas?
Junto a la revalorización general de las pensiones, el Gobierno ha anunciado un incremento específico para las pensiones mínimas. Esto se alinea con lo establecido en el Real Decreto 2/2023, que establece un plan de aumentos extraordinarios para las pensiones más bajas en el periodo 2024-2027. La meta de esta medida es que, para 2025, las pensiones mínimas logren un incremento del 30%, acercándose así a la renta media de una pareja sin hijos.
Este ajuste busca reducir el umbral de la pobreza entre los pensionistas, mejorando las condiciones de aquellos que perciben menores ingresos. A pesar de estas intenciones, aún falta por concretar si, al igual que ocurrió en 2024, las pensiones de viudedad con cargas familiares recibirán un aumento adicional. La medida refleja un esfuerzo por proteger a los colectivos más vulnerables, aunque genera incertidumbre sobre el impacto real de la inflación en los próximos meses.
¿Cuál es el impacto económico de la subida de las pensiones?
El incremento de las pensiones, aunque necesario para mantener el poder adquisitivo de los pensionistas, supone un reto para la sostenibilidad del sistema de la Seguridad Social. Cada punto de subida de las pensiones implica un gasto adicional significativo, especialmente en un contexto en el que el envejecimiento de la población española presiona las cuentas públicas.
Para 2024, el gasto en pensiones ha representado una de las partidas más importantes del presupuesto público, y se espera que esta tendencia continúe en 2025. La subida proyectada del 3,2% para el próximo año, aunque más moderada que la del ejercicio actual, busca equilibrar la necesidad de proteger a los pensionistas con la viabilidad financiera del sistema. El impacto de esta medida dependerá, en gran medida, de la evolución económica del país y de la capacidad de la Seguridad Social para sostener estas subidas.
En resumen, la revalorización de las pensiones en 2025 se perfila como un proceso complejo, marcado por la evolución del IPC y la necesidad de equilibrar los intereses de los pensionistas con la estabilidad económica del sistema. Con un enfoque doble que contempla el ajuste por inflación y la subida de las pensiones mínimas, el Gobierno busca asegurar que los jubilados mantengan su nivel de vida, especialmente en un contexto de incertidumbre económica.
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