La posibilidad de un acuerdo entre el Gobierno y la patronal para una subida pactada del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) se ve amenazada por el rechazo del Gobierno a asumir el aumento en los contratos públicos.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha declarado que no es lógico que este aumento recaiga sobre las cuentas públicas, generando un desacuerdo inmediato.
Descontento empresarial por la negativa del Gobierno
La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) había establecido como una condición clave para su aprobación del nuevo SMI que el incremento también se reflejara en los contratos públicos. Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, expresó su preocupación de que las pequeñas empresas que prestan servicios públicos se vean afectadas negativamente por este aumento sin una compensación correspondiente en los contratos.
Unidad inusual: Empresarios y sindicatos comparten postura
En un hecho poco común, tanto empresarios como sindicatos están de acuerdo en la necesidad de indexar el SMI a los contratos públicos.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha respaldado esta idea, afirmando que tiene «todo el sentido» y que es una medida necesaria para evitar que los trabajadores sean los más afectados. Este acuerdo inusual destaca la importancia de abordar esta cuestión de manera equitativa.
Antecedentes y posibles implicaciones
Esta negativa del Gobierno se suma a la ya existente tensión, ya que los empresarios se han negado previamente a respaldar un aumento del SMI que no respete el acuerdo firmado con CCOO y UGT en el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC).
Este acuerdo recomienda subidas salariales del 3% para 2024 y 2025, con posibles aumentos adicionales en caso de desviación de la inflación. Ante esta situación, los sindicatos se mantienen firmes en su demanda de un aumento superior al 5%.
La decisión sobre el SMI no solo depende del Ministerio de Trabajo, sino también de los ministerios de Economía y Hacienda, lo que aumenta la complejidad de la situación. El desacuerdo actual podría llevar a una mayor exigencia de los sindicatos en futuras negociaciones.
La incertidumbre persiste sobre si se alcanzará un acuerdo entre el Gobierno y la patronal, o si las diferencias se profundizarán, afectando a la relación entre los distintos actores en el ámbito laboral y económico en España.