En un inicio de año marcado por la subida de las pensiones, los pensionistas en España se enfrentan a una realidad fiscal que reduce, en parte, el impacto positivo de este aumento.
La subida del 3,8%, ajustada al Índice de Precios al Consumo (IPC), se ve afectada por la retención del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), dejando a los beneficiarios con un incremento real menor.
Hacienda se apropiará hasta un 37% de la subida
La ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, comunicó a los pensionistas la buena noticia de la subida en sus pensiones, pero detrás de esta aparente mejora, se esconde una realidad fiscal que reduce el impacto real del aumento.
Hacienda, al negarse a deflactar la tarifa del IRPF, se queda con hasta un 37% de la subida, lo que representa un monto significativo.
Problemas en la garantía del poder adquisitivo
Aunque la subida de las pensiones debería garantizar el poder adquisitivo de los pensionistas, la negativa del Gobierno a ajustar la tarifa del IRPF a la inflación plantea dudas sobre esta garantía.
En un contexto internacional complejo y con tensiones globales que provocan un aumento de los precios, los detalles económicos de la pensión dejan interrogantes sobre la verdadera mejora del poder adquisitivo.
La distorsión de la tarifa del IRPF y sus consecuencias
La falta de deflactación de la tarifa del IRPF provoca una subida encubierta del impuesto. En situaciones inflacionistas, las subidas salariales o de pensiones que intentan compensar la inflación hacen tributar más a personas que tienen más renta nominal pero no real.
Esto genera distorsiones y afecta tanto a aquellos a quienes no se les sube el sueldo como a qui enes sí.
Efectos concretos en las pensiones
El Consejo General de Economistas Asesores Fiscales REAF ha calculado los efectos de esta situación en diferentes escenarios de pensiones. Por ejemplo, una pensión de 16.200 euros en 2023 sube a 16.815 euros en 2024, de los cuales Hacienda se lleva el 19%.
En el extremo superior, una pensión de 42.823,34 euros en 2023 se eleva a 44.450,63 euros en 2024, y Hacienda se apropia del 37% del aumento.
La deflactación de la tarifa del IRPF como solución
El REAF también ha calculado cómo la deflactación de la tarifa del IRPF en un 3,8% beneficiaría a los pensionistas. Por ejemplo, una pensión de 19.709,03 euros pagaría 72,03 euros menos si se deflactara el IRPF.
Estos cálculos demuestran que la deflactación podría aliviar la carga fiscal de los beneficiarios.
La situación en 2023 y 2024
En 2023, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ya aplicó una medida similar. La subida bruta de las pensiones máximas ha sido del 12,62% en estos dos años, pero Hacienda se ha quedado con una parte significativa al subir las retenciones a cuenta. En términos reales, la subida para los pensionistas se reduce al 10,35%.
Nuevos parches para las rentas bajas
Hacienda ha anunciado una rebaja del IRPF para rentas bajas como respuesta a la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Sin embargo, esta medida plantea problemas de salto en la tributación de rentas bajas, y se presenta como un parche que no resuelve completamente la situación.
En resumen, la subida de las pensiones se ve atenuada por la retención del IRPF, dejando a los pensionistas con un aumento real menor al esperado.
La falta de deflactación de la tarifa del impuesto plantea interrogantes sobre la garantía del poder adquisitivo de los beneficiarios y destaca la necesidad de reformas fiscales que aborden estas distorsiones.